El británico Daniel Hughes marcó este domingo un hito en la historia de las telecomunicaciones. Hizo una videollamada desde la mayor altura del mundo, los 8.848 metros sobre el nivel del mar de la cima nevada del Everest.
Hughes subió al Everest junto con otros 140 escaladores en una expedición benéfica organizada para recaudar un millón de libras (unos 1,5 millones de dólares) para Comic Relief, una entidad de caridad británica que suele recaudar fondos a través de actividades de entretenimiento.
Sin embargo, la histórica ‘hazaña’ no tardó en generar polémica. Según ha declarado el Ministerio de Información y Comunicaciones de Nepal, la compañía local que estaba a cargo de coordinar la expedición donde participó Hughes no tenía autorización para filmar el Everest y tenía únicamente permiso para utilizar ‘walkie-talkies’ para la comunicación entre los participantes. Las autoridades nepalíes informan de que habrá una investigación al respecto y detallan que cualquier escalador que lleve consigo un teléfono satelital sin permiso oficial puede enfrentarse a cargos penales.