Arthur González
Desde que le presidente Barack Obama anunció el fracaso de la vieja política subversiva ejecutada contra Cuba, y la adopción de otros métodos para intentar derrocar a la Revolución, la preparación de la contrarrevolución interna ha sido maratónica.
No se percatan que sus nuevas propuestas no darán resultado porque los actores siguen siendo los mismos asalariados desprestigiados de siempre, esos que mienten sobre huelgas de hambre y confeccionan listas de detenidos que diplomáticos, periodistas extranjeros y las iglesias católicas y protestantes, no ven ni conocen.
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