Por: Marcos Torres. / Las Torres de Marcos
¡No entendieron! ¿Verdad? Bueno… les explico.
Estas palabras son integrantes de un juego infantil que el cubano adora, y que a su vez hace su parte en nuestra idiosincrasia criolla.
Este se juega con “bolas” (o “canicas”, si el lector es extranjero) y son precisamente estas palabras (las del título) las que dan nombre a tres simples toques (o “quimbes”) entre la bola propia y la del contrario. Por regla general, se realiza en terrenos de tierra y se emplea como especie de base o zona franca, un oquedad poco profunda y accesible a todos denominada “guao”, lugar de donde parten los jugadores una vez logrado el ingreso a tan encumbrado sitio, acción que en el argot pueril e incluso popular del cubano se denomina “angollar”. Aclaro que este juego parece predestinado, como si fuera parte de una de las leyes del…
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