Mirta Rodríguez, de 82 años de edad espera que la vida le alcance para ver en libertad a su hijo Antonio Guerrero condenado en Miami, Estados Unidos, el 12 de septiembre de 1998 bajo los cargos de conspiración para cometer espionaje.
De acuerdo con Cuba, Guerrero y otros cuatro cubanos se infiltraron en la comunidad cubana de Miami, donde lograron desbaratar una red terrorista que organizó ataques contra la isla.
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