Por: María Carla González*
Un reciente acontecimiento me confirma la necesidad de que cada nación cuente con valerosos hombres capaces de sacrificarlo todo por enfrentar acciones terroristas donde quiera que estas ocurran, nuestros cinco hermanos arriesgaron sus vidas precisamente para evitar que hechos abominables tuvieran lugar en Cuba.
Tengo la plena convicción que con amenazas como las actuales este tipo de héroes anónimos –puro estilo James Bond, pero reales como el sol- son de necesidad imperiosa, sólo rezo para que donde quiera que haya uno como ellos tenga éxito en su misión y que en el triste caso de ser descubierto no sufran el odio irracional que sufrieron nuestros hermanos y mucho menos que los propios terroristas los envíen a largas penas de prisión.
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