El Comandante en muchas ocasiones expresó el derroche de los recursos naturales por parte de los países desarrollados, principalmente el malgasto de los hidrocarburos, refiriendo que son recursos naturales no renovables y que en cualquier momento puede acabarse esta fuente de energía que es tan imprescindible para la vida del hombre, no obstante al tener estos países gran demanda de energía, son la principal causa de calentamiento global y por ende al efecto invernadero, debido a que sus emisiones contaminantes son las mayores en el planeta.
Así mismo expresaba su preocupación por el malgasto de este recurso que es tan importante para la elaboración de ropa, zapatos y aun comida, así como el reemplazo de esta energía y la solución que el ser humano podría encontrarle en caso de que se exterminara:
En la sociedad, en la humanidad actual hay, por otro lado, una gran destrucción de recursos naturales. Tenemos el caso de Estados Unidos: cientos y cientos de millones de toneladas de petróleo todos los años, en una sociedad de consumo…
Todavía no está resuelto ni mucho menos cómo la humanidad va a encontrar fuentes sustitutivas de esa energía, y hoy se destruye el petróleo como antes se destruyeron los bosques… (Castro, 2012)
En reiteradas ocasiones Fidel expuso los principales problemas que acontecían en el mundo y a su vez la solución a estos males, de manera tal que se lograra un equilibrio total en el planeta, esta sería la única forma de lograr un desarrollo sostenible. Hizo un llamado en muchas de sus reflexiones a vivir con menos lujo y no despilfarrar lo que nuestra madre tierra ha brindado para la subsistencia del hombre.
En sus reflexiones el Comandante hizo hincapié sobre la afectación que han sufrido los pueblos indígenas en cuanto al cambio climático, la violación de sus derechos y la explotación de sus tierras en busca de biocombustibles, de energía hidroeléctrica, la destrucción por completo de los bosques y la compensación de las emisiones de carbono, ocasionándoles a estos habitantes sequías extremas entre otras consecuencias, poniendo en peligro su ecosistema y su existencia medida que transcurren los años:
Si se quiere salvar a la humanidad de esa autodestrucción, hay que distribuir mejor las riquezas y tecnologías disponibles en el planeta. Menos lujo y menos despilfarro en unos pocos países para que haya menos pobreza y menos hambre en gran parte de la Tierra. No más transferencias al Tercer Mundo de estilos de vida y hábitos de consumo que arruinan el medio ambiente. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación. Páguese la deuda ecológica y no la deuda externa. Desaparezca el hambre y no el hombre… (Castro, 1992)